El paradigma de la culpa o el error
Autor: Eleonora Berkowicz
Desde pequeñas nos dijeron que debíamos aprender a reconocer lo "bueno y lo malo", para que nos vaya "bien" en la vida.
Debíamos ser "buenas hijas", obedientes a los mandatos familiares y a sus reglas.
Padres con educación religiosa, y también, quienes no tuvieron dicha educación, utilizaban el recurso de educar a los hijos con el sistema de premio y castigo: cielo o infierno.
En la escuela debíamos ser "buenas alumnas" o seríamos castigadas con "malas notas".
El sistema educativo te premia si eres de un estándar y te castiga si no lo eres con notas que van del 0 al 10 o del "insuficiente" al "sobresaliente", pasando por el "regular", "bueno" y "muy bueno" .
Además, resaltaban tus errores con ROJO, brincando de un lado a otro en la polaridad "bueno o malo", lo cual es un juicio y los juicios siempre son subjetivos.
Una experiencia con represión de infinidad de emociones, enviando a la sombra una parte valiosa de nuestra personalidad.
La culpa está asociada al pecado, y éste al castigo
La sensación que tenemos cuando nos sentimos culpables es tan desagradable y la reprimimos y la proyectamos en otros.
La culpa y el pecado asociado al castigo son arquetipos: constructos mentales heredados por evolución humana.
Cuando cometemos un "error" podemos llegar a sentimos tan mal, en algunos casos con mucho miedo a reconocerlo, y en otros hasta lo negamos y proyectamos la culpa en otros.
Luego nos preguntamos: ¿por qué siempre vemos el error o lo negativo?
"Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de escalar un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es estúpido".
Albert Einstein
Un nuevo paradigma: abrazar el error y responsabilizarnos de él con amor a una misma, para poder hacer los cambios que nos alienta a evolucionar desde el Ser.
Las invito a dejarse ser, a alentarse, a descubrir sus propósitos.
A reconocer y expresar emociones en el proceso de aprendizaje.
A alentar la experiencia que lleva al auto conocimiento, y a descubrir esas capacidades que cada una tiene.
Si nos sentimos culpables o menospreciadas por cometer errores, no vamos a querer ni mirarlos por miedo a la sensación que la culpabilidad nos causa. Ello nos bloquea y nos deja en estado de inmadurez sin la gran posibilidad de evolución que nuestros errores nos dejan!