Un curso de milagros
Autor: Eleonora Berkowicz
Introducción
Éste es Un Curso de Milagros. Es un curso obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedes establecer el plan de estudios. Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado. Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural. Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos.
Este curso puede, por lo tanto, resumirse de la siguiente manera:
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
¿Cómo se originó?
Un curso de milagros dio comienzo a mediados de la década de los años 60 con la súbita decisión de dos personas de colaborar en el logro de un objetivo común. Esas personas fueron Helen Schucman y William Thetford, catedráticos de psicología medica de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York. No es realmente importante quienes fueron esas personas, excepto que lo ocurrido muestra que con Dios todo es posible.
La relación entre ellos era difícil, a menudo tensa, y a ambos les preocupaba en gran medida su reputación y aceptación tanto a nivel personal como profesional. Sus vidas, que en mayor parte estaban regidas por valores mundanos, apenas coincidían con lo que el Curso postula.
Helen Schucman, una respetada psicóloga que se auto declaraba atea y que, a través de un largo proceso de inspiración (siete años), escuchó una Voz que le iba dictando su contenido; y William N. Thetford, director del departamento de Psicología en el que ella trabajaba y su principal colaborador y apoyo en tan inusitado caso de revelación.
¿Qué es?
Como el propio título indica, el Curso está organizado de principio a fin como un recurso de enseñanza.
Se compone de tres libros: el Texto que tiene 754 páginas, el Libro de ejercicios, con 522, y el Manual para el maestro, que consta de 100.
El orden que el estudiante debe seguir al usar los libros y la manera de estudiarlos depende, en cada caso, de sus necesidades y preferencias personales.
El programa de estudios que el Curso propone se planteó meticulosamente y se explica paso a paso, tanto el orden práctico como en el teórico. El Curso pone más énfasis en la aplicación práctica que en la teórica, y más en la experiencia que en la teología. Señala específicamente que "una tologia universal es imposible, mientras que una experiencia universal no solo es posible sino necesaria". (Manual pág. 83)
Texto
El Texto es fundamentalmente teórico y expone los conceptos en los que se basa el sistema de pensamiento del Curso. Sus ideas contienen los cimientos de las lecciones del Libro de ejercicios. Sin la aplicación práctica que el Libro de ejercicios provee, el Texto quedaría reducido, en su mayor parte, a una serie de abstracciones que no tendrían la fuerza necesaria para producir el cambio de mentalidad que es la meta del Curso.
Libro de ejercicio
Consta de 365 lecciones, una para cada día del año. No es necesario, sin embargo, hacer las lecciones siguiendo ese ritmo, se puede, si se desea, dedicar más de un día a una lección determinada. Las instrucciones sólo recomiendan que no se intente hacer más de una lección por día. El carácter práctico del Libro de ejercicios queda subrayado en su propia introducción, donde se da más valor a la experiencia lograda con la práctica que a cualquier compromiso previo de carácter espiritual:
"Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. Nada de eso importa. Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. No se te pide que las juzgues. Se te pide únicamente que las uses. Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad. Recuerda simplemente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el Libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas úsalas. No se requiere nada más." (Libro de ejercicios pág. 2)
Manual para el maestro
El Manual para el maestro, escrito en forma de preguntas y respuestas, contesta algunas de las preguntas que con mayor probabilidad pueden hacer los estudiantes. Incluye asimismo aclaraciones de algunos de los términos que el Curso utiliza, y los explica dentro del marco teórico del Texto. El Curso no afirma ser de por si el final del aprendizaje, ni es el propósito de las lecciones del Libro de ejercicios llevar a término el aprendizaje del estudiante. Al final se deja al lector en manos de su propio Maestro Interno. Quien dirigirá el resto del aprendizaje a Su criterio. Si bien el alcance del Curso es muy amplio, la verdad no puede limitarse a ninguna forma finita, como se indica claramente en el párrafo con que se finaliza el Libro de ejercicios:
Este curso es un comienzo, no un final...Ya no se asignarán más lecciones especificas, pues ya no son necesarias. En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios...Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio pidiendo Su dirección infalible y Su Palabra certera. (Libro de ejercicios, pág.. 521)
¿Qué postula?
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En eso radica la paz de Dios
Así comienza Un curso de milagros, el cual establece una clara distinción entre lo real y lo irreal, entre el conocimiento y la percepción. El conocimiento es la verdad y está regido por una sola ley: la ley del amor o Dios. La verdad es inalterable, eterna e inequívoca. Es posible no reconocerla, pero es imposible cambiarla. Esto es así con respecto a todo lo que Dios creó, y sólo lo que Él creó es real. La verdad está más allá del aprendizaje porque está más allá del tiempo y de todo proceso. No tiene opuestos, ni principio ni fin. Simplemente es.
El mundo de la percepción
El mundo de la percepción, por otra parte, es el mundo del tiempo, de los cambios, de los comienzos y de los finales. Se basa en interpretaciones, no en hechos. Es un mundo de nacimientos y muertes, basado en nuestra creencia en la escasez, en la pérdida, en la separación y en la muerte. Es un mundo que aprendemos, en vez de algo que se nos da, es selectivo en cuanto al énfasis perceptual, inestable en su modo de operar e inexacto en sus interpretaciones.
Distingue dos sistemas de pensamiento
Del conocimiento y de la percepción surgen dos sistemas de pensamiento que se oponen entre sí en todo. En el ámbito del conocimiento no existe ningún pensamiento aparte de Dios porque Dios y Su Creación comparten una sola Voluntad. El mundo de la percepción por otra parte, se basa en la creencia en opuestos, en voluntades separadas y en el perpetuo conflicto que existe entre ellas, y entre ellas y Dios. Lo que la percepción ve y oye parece real porque sólo admite en la conciencia aquello que concuerda con los deseos del perceptor. Esto da lugar a un mundo de ilusiones, mundo que es necesario defender sin descanso, precisamente porque no es real.
Una vez que alguien queda atrapado en el mundo de la percepción, queda atapado en un sueño. No puede escapar sin ayuda, porque todo lo que sus sentidos le muestran da fe de la realidad del sueño.
Mentalidad recta= AMOR ® DIOS
Mentalidad errónea= MIEDO ® EGO
Dios nos da la respuesta: un Intermediario entre los dos mundos. Su Espíritu Santo
La visión del Espíritu Santo
En un tiempo sin tiempo, estaba Dios Padre en los Cielos mirando lo
que hacía su Hijo en su sueño. Dios quería decirle que no pasaba
nada, que su amor por él era infinito y que todo lo que hacía era innecesario.
Es más, que era perjudicial. A su lado, estaba el Espíritu Santo,
y le preguntó: «¿Qué te ocurre, Señor de todos los Cielos?». «Mi hijo
no me oye, hace cosas muy extrañas allá en el sueño. Sufre y cree que
su sufrimiento me causa placer. ¡Qué extraño! ¿Por qué piensas que
mi hijo cree eso?». El Espíritu Santo, que puede entrar en el sueño del
hijo pero no puede mostrarse ante él, le contestó: «Señor de todos los
Cielos, creo que tu hijo quiere volver a casa contigo porque piensa que
Tú lo echaste del Reino. La culpabilidad lo tiene atrapado y busca su
redención en el castigo». Entonces el Señor de todos los Cielos indicó
al Espíritu Santo que se adentrase en el sueño de su hijo y le indicase
el camino de regreso a casa. Y, sobre todo, que le enseñase que es un
viaje sin distancia.
Enric Corbera
El perdón
El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñándonos como cambiar nuestra manera de pensar y como corregir nuestros errores. El perdón es el recurso de aprendizaje excelso que el Espíritu Santo utiliza para llevar a cabo ese cambio en nuestra manera de pensar.
Algunas frases del Curso
- Declara quién eres y reclama tu herencia.
- Nada externo a ti te puede amar ni hacer daño, porque no hay nada externo a ti.
- Suelta la espada del juicio, porque la veras reflejada en aquel que sostiene el espejo.
- Si supieras quien te acompaña en todo momento por esta senda que has elegido, no volverías a tener miedo ni incertidumbre.
- Curar es hacer feliz.
- Nunca olvides que eres tú el que determina el valor de lo que recibe, y fija el precio de acuerdo con lo que da.
- Nadie puede despertar de un sueño si cree que no está soñando.
- La verdad no necesita defensa y por lo tanto, no es posible ningún ataque.
- Todos los deseos de Dios están ocultos a los ojos del ego.
- Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres.
- Para poder tener da todo a todos.
- Solo tú puedes privarte a ti mismo de algo. No resistas este hecho, pues es en verdad el comienzo de la iluminación.
"El viaje hacia Dios es meramente redespertar a la conciencia de lo que siempre ha sido, del lugar donde siempre estás. Es un viaje sin distancia hacia un destino que nunca ha cambiado".